El Periódico: «Afectados por la polio denuncian trato injusto en la prejubilación «


  1. Zapatero anunció el decreto como una «medida excepcional» para estos colectivos
  2. • Alertan de que su situación les excluye del retiro a los 58 años de los discapacitados
  3. Núria cambió en minutos la alegría de poder prejubilarse a los 58 años por la decepción de sentirse excluida. Fue el tiempo que pasó entre la aprobación de un decreto gubernamental a finales de diciembre por el que las personas con discapacidad podrían jubilarse siete años antes que el resto de trabajadores y la lectura de la letra pequeña del decreto, que condiciona esta medida a haber cotizado durante 15 años a la Seguridad Social con un grado de discapacidad como mínimo del 45%.
    La enfermedad de Núria, que padeció poliomelitis cuando tenía 13 meses, por desgracia empeora con el tiempo. Si hace 15 años no alcanzaba el 45% de discapacidad (estaba en el 42%), hoy probablemente lo supere de largo cuando pase lo que ella misma califica con sentido del humor como el «ITV personal».
    Con 56 años, Núria lleva trabajando más de media vida como enfermera en un centro de atención primaria de Granollers. «En la empresa privada habría sido difícil que me ayudaran tanto y que hubiera cotizado todo este tiempo», asegura.

    «TOMADURA DE PELO» / Juli Sellés, presidente de la entidad Afectados de Polio y Pospolio de Catalunya (APPCAT), traslada el caso de Núria al conjunto de discapacitados progresivos que probablemente no podrán acogerse a la jubilación anticipada y ante ello se muestra indignado: «Esa medida fue una tomadura de pelo del Gobierno. Seguro que de las 50.000 personas con pospolio en España ninguna podrá cumplir las condiciones». Además, pese a que esta patología está incluida en el decreto, Sellés explica que es casi imposible acreditar la discapacidad desde hace 15 años «porque entonces ni se conocía este síndrome». Por eso este colectivo reclama una reforma de la norma que la adapte a la realidad de los afectados.
    No todas las entidades del sector comparten la crítica. Josep Maria Ballesteros, presidente de la delegación catalana de una confederación estatal de minusválidos físicos (COCEMFE), afectado de pospolio, defiende como alternativa a la jubilación el acceso a una prestación por invalidez, «que en el caso de gran invalidez permite obtener el 150% de la base de cotización».
    Pero Núria saca el orgullo cuando se le plantea esta posibilidad: «Quiero jubilarme dignamente como cualquier otro trabajador, no quiero la incapacidad, no lo merezco después de haber trabajado durante tantos años».

    AJUSTES NECESARIOS / El subdirector de coordinación de unidades médicas del Instituto Nacional de la Seguridad Social, Fernando Álvarez, alega que «toda regulación debe tener un límite y el problema es siempre dónde ponerlo». Álvarez explica que dentro de tres meses el Gobierno evaluará la efectividad del decreto en la práctica y no descarta ajustar su contenido. El Gobierno recuerda que además del síndrome pospolio otras patologías también son progresivas o progresan de forma no uniforme. Con todo, Álvarez reconoce la actitud «loable» de Núria de luchar por la normalidad. Ha trabajado como cualquier otra enfermera y ahora aspira a jubilarse en el plazo que el Gobierno ha marcado para las personas con un grado de discapacidad que ella cumple con creces, a su pesar, pero sin perder la sonrisa ni el ánimo combativo.

Núria, frente al centro de atención sanitaria en el que trabaja  como enfermera, en Granollers. Foto: JOSEP GARCIA
Núria, frente al centro de atención sanitaria en el que trabaja como enfermera, en Granollers. Foto: JOSEP GARCIA
FIDEL MASREAL
BARCELONA

Leído en El Periódico.com (04-04-2010)

10 respuestas

  1. Como siempre… una tomadura de pelo en toda regla. Bastante bien saben ellos que casi nadie (por no decir nadie) de los afectados de postpolio podemos cumplir esa norma, pues a prácticamente todos nos reconocían tan solo un 36% de minusvalía y la tarea ha sido nuestra para conseguir en estos últimos años de declive incesante, el que nos subieran el grado. Pero en fin… esperemos que modifiquen esta norma y muchas personas puedan acceder a la jubilación anticipada.

    Besos,

    • Me gustaría conocerte Leonor, para cambiar impresiones y tratar de elaborar un calendario de estrategias y acciones a desarrollar, para que no seamos tratados sin libertad por ahorrarse unos cuantos euros.
      No tiene gracia, ya que nos conduce al hambre y a la invisibilidad social, que estén dando prejubilaciones a personas que están físicamente bien, y a los que nos dañó una enfermedad, nos veamos dejados a la suerte de nuestras familias.
      Saludos.

  2. Y si esto ocurre también será gracias a nosotros, los afectados, y la labor que están llevando las asociaciones.

    Gracias por dejar tu comentario.
    Besos

  3. Todos los goviernos nos han abandonado a nuestra suerte, desde el que permitió impasible durante muchos años a que nos contagiáramos, a los últimos que van dando largas a nuestras peticiones. Sabiendo que este problema tiene fecha de caducidad, puesto que cuanto nuestra generación desaparezca, se irá con ella la polio y sus consecuencias. Ni siquiera a los que estamos luchando por seguir en el puesto de trabajo, a pesar de todas nuestras dificultades. no se nos da la posibilidad de adelantar la jubilación, puesto que ningún afectado de la polio, fue reconocido con un grado superior al mínimo exigido, y es depués de muchas pruebas médicas, informes y reconocimiento, obtenemos un grado mayor. Esto es entrando en la cincuentena, cuando nuestro cuerpo está muy deteriorado. Para acogerse a la jubilación anticipada es requisito haber cotizado 15 años con más de un 45% de discapacidad. Esto en nuestro caso es imposible, porque ellos mismos nos lo negaron. La Ley debería recoger que si se llega en activo a los 58 años y se acredita ese grado de minusvalía o superior con el sindrome postpolio, se pueda acoger a la jubilación. Absolutamente merecida, porque es heroíco llegar con estas secuelas a esa edad y trabajando.
    Ojalá tengan la dignidad de hacer las cosas bien y rectifiquen su planteamineto.

  4. Quiero añadir al anterior comentario que hace 3 años que tengo un grado de discapacidad de un 65%, anteriormente era de un 38. Trabajo desde hace 34 años y al igual que Núria yo no quiero una invalidez, sino una jubilación adecuada a mis circunstancias.
    Toda la vida he luchado por conseguir que reconozcan que soy tan capaz como otra persona sana, no me gustaría tener que luchar también para que reconozcan que soy inválida para trabajar.
    Pienso que los años cotizados con una discapacidad, deberían computarse de acuerdo con la misma para alcanzar una jubilación. No se puede medir igual el esfuerzo y el desgaste de una persona sana y otra que aunque sea sana, tiene unas lesiones que le impiden caminar correctamente y sostenerse depie. El baremo debería ajustarse. Es de sentido común y de justicia social.

    • Me gustaría conocerte Carolina, para cambiar impresiones y tratar de elaborar un calendario de estrategias y acciones a desarrollar, para que no seamos tratados sin libertad por ahorrarse unos cuantos euros.
      No tiene gracia, ya que nos conduce al hambre y a la invisibilidad social, que estén dando prejubilaciones a personas que están físicamente bien, y a los que nos dañó una enfermedad, nos veamos dejados a la suerte de nuestras familias.
      Saludos.

  5. Yo no entraré en discusiones de si soy válido o no lo soy, y soy lo que ellos quieran decir que soy en cada momento, subnormal, cojo, lisiado, discapacitado, persona con movilidad reducida; la demagogia es infinita y proporcional a la necedad en las personas. Yo, sépase, que me gustan mucho mis diferentes trabajos; de actor, músico, vendedor y también me encanta hacer crecer mi modesto negocio de instalación de máquinas expendedoras, es decir, no me querría jubilar jamás, qué cojones; con lo bien que lo paso y el dinerlo que gano y la libertad que me da, ni tampoco quiero que me den una invalidez… ya sea total, permanente, absoluta, gran invalidez., o de las que no hay que cotizar si tienes más de 65%. Lo que yo quiero es estar tratado como los demás, seres que corren, brincan, santan, llevan camiones, se emborrachan, se casan, tienen o no amantes, hijos, es decir, ser libre para que mi cuerpo haga en cada momento lo que más le pete. Para eso, trabajo y como otro ser de este País, y en solitario trato que nadie use la compasión, la caridad, o el nepotismo, para limitar mi derecho al trabajo a la cotización y como no, faltaría más, a la Incapacidad Laboral Temporal, en los tiempos y plazos que prevee la Ley para todos y cada uno de los ciudadanos. Pero sinceramente, cada día veo más cercano el momento, de ponerme a pedir en la puerta de las iglesias, abandonarlo todo y a mí mismo, y aceptar que pase lo sea.

  6. EL SUEÑO APRETAR LA TUERCA DE LA IGUALDAD

    A ver si explico mí sueño:

    Esta noche soñé que estaba en el tiempo ese anterior, cuando se aprobó la Constitución española y se me otorgaba el derecho al trabajo. Pasó poco a poco inexorable el tiempo. Yo vivía aún con mi primera familia, no me había dejado mi primera mujer pues teníamos unos ingresos y una casa, humilde pero suficiente para mantener a nuestros hijos, curiosamente en el sueño tenía una parejita, en la vida real solo tengo una amadísima y buenísima para conmigo hija. Yo, en el sueño, poco después, tenía un pequeño negocio y por tanto al trabajar cotizaba a la seguridad social. Mi médico de cabecera, sabedor de los terribles esfuerzos y dolores que me produce tanto en mi pierna como en la cadera, las secuelas de la polio y la actividad laboral, me recomendó para tratar de subsanar en lo posible y mejorar, que asistiera a un centro de rehabilitación para que tras unos meses de ejercicio, pudiera reincorporarme a mi tarea. Así que él, en esos momentos, expendió la baja médica. Yo llevaba años trabajando legalmente y con contrato, no sin él como me sucedió tantas veces en la vida despierta, y por tanto, tenía cumplido el periodo de carencia: esos 180 días dentro de los últimos cuatro o cinco años.

    Soñé también que contrataba un empleado en mi negocio y que por eso de la discriminación positiva el entendimiento entre iguales, contrataba a una persona con certificado de minusvalía, otro cojito como yo. El trabajo que hay que hacer, requiere viajar y visitar clientes, y algo turbó mi tranquilidad en mi sueño, que como en ocasiones no había medios de transporte adaptado suficiente, ni plazas de aparcamiento disponibles, a este empleado le sucedía lo mismo que a mí y tenía que darse de baja médica y asistir también a rehabilitación. Pero el Estado de mi sueño, satisfacía sus necesidades, y así, contrataba otro trabajador, y otro, y otras empresas contrataban otros…

    Luego pasé a estar leyendo en un parque, no recuerdo cual era, sí que estaba céntrico en una ciudad que bien podría ser Madrid, Barcelona, Cádiz, León… Leer y escribir son mis aficiones favoritas. Estábamos en el parque muchos, unos con muletas, otros en silla, y en la reunión había también gente en un número igual sin estar coja que no tenía que empujarnos para desplazarnos, ni cosas semejantes, y que unidos sin que existiesen diferencias disfrutábamos no sé de qué bromas en la conversación. Mi sueño, hasta me trajo a la memoria los últimos versos que escribiera Antonio Machado: “Días azules, con un sol de infancia”

    Me desperté aterrorizado pensando: ¡Qué fácil sería tal vez sin leyes hechas por gente que más que ayudar, joden a quien más necesita!

    Quien resiste vence.

    Un saludo.

    Cortés Bracero de la Hoz

  7. El asunto es penoso, SOLO se pueden acoger a el las personas que tienen diagnosticado el Síndrome Postpolio ( y con los inconvenientes que apuntais).

    ¿Que pasa con aquellas que no tienen diagnosticado el Síndrome Postpolio porque a pesar de tener sus síntomas el médico atribuye su pésimo estado al envejecimiento?.

    ¿Que pasa con aquellas afectadas de poliomielitis, con un alto grado de discapacidad como un 63% (que evidencia un alto grado de deterioro físico), que no están diagnosticadas de SPP y que llevan trabajando mas de 38 años?

    ¿Porqué este Decreto no engloba también a estas personas?

    ¿No es suficiente con tener un elevado grado de discapacidad poliomielítica, que sencillamente hace que las jornadas laborales sean interminables y extenuantes?

    ¿A que viene hacer esa separación entre las personas afectadas de polio y permitir que solo se puedan acoger a este Decreto los diagnosticados de SPP, cuando hay personas que, sin estar diagnosticadas de este síndrome, tienen un elevado grado de discapacidad que por si solo evidencia un deplorable estado de salud?

    No conformes con esto, además, estas personas tendrán que afrontar el aumento de la edad de jubilación que se avecina.

    ¿Que van a hacer las organizaciones de personas con polio?

    Y todo esto en un pais que no se tiene por tercermundista.

    • Hola atodos y atodas yo tanvien me encuentro en buestra si tuacion si puedo colavorar un saludo victor(andugarlopez@gmail.com)

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