Musicoterapia y discapacidad física


De todos es conocido el poder que tiene la música sobre nosotros. La música interactiva con las neuronas y es capaz de alterar nuestro estado emocional y aportarnos paz y armonía a nuestro espíritu. La musicoterapia se entiende como la terapia basada en la utilización de instrumentos musicales y de la música en sí, para favorecer y mejorar la salud mental y física.

En el siguiente vídeo podemos ver una entrevista a Jordi Jauset Berrocal, doctor en Comunicación por la Universidad Ramón Llull (Barcelona), en la que nos presenta su libro Música y Neurociencia: la musicoterapia, y nos habla de cómo interactúa la música en nuestro cerebro.

En la entrevista con la profesora Hiro Nakamura (vídeo), coordinadora del Área de Música de la Carrera de Musicoterapia de la Universidad del Salvador de Buenos Aires, nos menciona el hecho de que hay palabras que, por la cultura o los lugares que transitamos, no podemos expresar, y esas palabras que no expresamos terminan enfermando. La música da esa posibilidad, y cada estilo permite expresar nuestros diferentes sentimientos y emociones.

Por todo ello, podemos afirmar que la musicoterapia resulta una buena ayuda para enfermos y discapacitados.

En el caso de la discapacidad física, se trabaja, por ejemplo, el fortalecimiento de los músculos, el incremento de la amplitud de movimientos, ejercicios de coordinación, equilibrio y de respiración. En general, se potencian aspectos que se tratan en otras disciplinas como la fisioterapia, pero bajo un prisma más lúdico.

Desde el punto de vista psicoterapéutico, la Musicoterapia puede ayudar a resolver problemas psicológicos tales como depresión, estrés, ansiedad, y a cambiar conductas inapropiadas, favoreciendo la autoidentificación y la autoestima. Además, este estado de bienestar que se consigue en el paciente puede suprimir un dolor leve, como un dolor de cabeza,  o reducir la intensidad de un dolor crónico. Dolencias más complejas, como la artritis o la fibromialgia, son tratadas mediante esta terapia.

Pablo Javier Piace nos aconseja, en Innatia, variar cada 10 minutos el tipo de música: de una música más calma, cambiar a otra en un ritmo diferente, y así sucesivamente. Esto permite calmar el ritmo cardíaco y la respiración, provocando un efecto sedante y reduciendo la tensión que conlleva el dolor físico.

Lo más importante y difícil es lograr concentrarse en la música, no tomarla como un sonido de fondo sino incorporarla realmente. En ese momento resulta vital contar con los conocimientos de un profesional de la musicoterapia.

A continuación, paso a copiar literalmente un fragmento del artículo (1) de Conxa Trallero Flix, Doctora en Ciencias de la Educación entre otros estudios e iniciadora del Método de Musicoterapia Autorrealizadora, sobre la Musicoterapia y el dolor crónico:

Se ha comprobado que la música activa la producción de endorfinas y que la utilización de la voz es particularmente terapéutica. Una investigación reciente realizada por científicos de la Universidad de Frankfurt ha demostrado que, tras cantar, los participantes en un coro no profesional habían aumentado considerablemente las concentraciones en sangre de inmunoglobulina A (sistema defensivo del organismo). En cambio, después de escuchar pasivamente la misma música, sin cantarla, los valores eran los normales. Los ciéntíficos concluyeron que cantar no tan sólo fortalece el sistema inmunitario sino que mejora notablemente el estado de ánimo.

En situaciones de dolor crónico la Musicoterapia se usa para relajar, calmar la angustia y el estrés; expresar las emociones; proporcionar entrenamiento, distracción y satisfacción personal, lo cual ayuda a disminuir la percepción del dolor.

Aunque puede parecer que la actividad más apropiada para lograr estos objetivos sea la escucha receptiva de música relajante, mi experiencia me ha demostrado que es mucho más eficaz la Musicoterapia activa, tal y como demuestra el estudio citado anteriormente. Cuando los miembros del grupo cantan y tocan expresando lo que sienten se crea un estado de máxima concentración, un estado de total presencia de «ahora» y «aquí» similar al que se consigue con la meditación. Esta práctica no sólo ayuda a parar los pensamientos obsesivos o recurrentes sino que proporciona una sensación de libertad y de tranquilidad física, emocional y mental. La vibración de las voces y de los sonidos que entre todos se van creando actúa sobre cada participante, como un masaje que le ayuda a equilibrarse externamente e internamente, como un hilo conductor que le lleva a centrarse y a sentirse más vivo y más en contacto con experiencias vitales y enriquecedoras. Esta vivencia nos hace sentir realizados como personas y nos ayuda a percibir el dolor con menos tensión y crispación y con un estado anímico más tranquilo y sosegado.

La Musicoterapia aprovecha las aptitudes catárticas de la música, por una parte, que favorecen la manifestación emocional y la descarga de inquietudes y angustias, y por otra, usa las capacidades balsámicas de la melodía y del sonido, que pueden ofrecer consuelo y reconfortar a las personas que sufren.

En un intento de aportar mi granito de arena sobre la Musicoterapia activa, incluyo en este blog una sección dedicada a Canciones, para que cantemos, voz en grito, en solitario o acompañados.

Cada vez son más los terapéutas que se forman en Musicoterapia y los centros que imparten esta formación, así como instituciones y asociaciones que incluyen esta terapia entre sus actividades.

El siguiente vídeo es parte del programa «Crónicas» de TVE 2 que fue emitido el pasado día 5 de abril, donde se mostró parte del trabajo que desde el Instituto Música, Arte y Proceso (Vitoria-Gasteiz) se está realizando en el campo de la formación y la investigación en musicoterapia. Nos muestran su novedosa técnica  de tratamiento de la imagen guiada con música para pacientes con fibromialgia. La música, clásica, ayuda a evocar imágenes que tienen un sentido simbólico relacionado con nuestra vida.

Nota:

(1) Traducción del artículo publicado en catalán en Reu+, Revista de la Lliga Reumatològica Catalana (2006).

Otras Fuentes:

3 respuestas

  1. […] medicina alternativa se ofrece también como otra opción para aliviar el dolor: musicoterapia, acupuntura, masajes como el shiatsu, homeopatía, […]

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